Qué decir. Otra vez Familia; sí, lo pongo con mayúsculas porque
me parecen tan importantes como cualquier apellido.
Ha habido diferencias respecto a la vez anterior, pero…
positivas. ¿En qué consiste una familia? En compartir armario, maquillaje,
baño. En desnudar nuestra apariencia y ser 100% sinceros. En preocuparse por
alguien que prefiere estar solo. En confiar lágrimas que no saldrán de ahí. En café.
En ayudar a mover pesos imposibles. En sentir todo el calor del mundo en una
mirada, a pesar de estar a 5 metros. En dejar tu silla y mesa para estar al
lado de quien grita dolor. Gente que se preocupa por la alimentación del otro. Y,
como dice el gran Albert Espinosa, en el contacto físico de los amarillos; que
no tiene nada que ver con el sexo.
Echaba de menos el mar; su olor, su fuerza y su brisa. Pero las
relaciones cambian. Ojos que me ponían nerviosa pasan a ser Tranquimazin. Inexplicablemente,
mi cuerpo no se ha quejado ante la temperatura, tal vez sea porque hay compañías
más cálidas que cualquier estufa.
Sinceramente, no imaginaba que consiguiera vislumbrar algo
del color de estos días. Es gracioso: ha habido lluvia, pero mi sonrisa sigue
nublosa. Quién sabe si dentro de poco consigo plasmar todo ese color en esta
niebla. La Familia tiene la escalera que me ayudará a alcanzar los nubarrones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario