Libero mi pantano de lágrimas y dolor con personas como
Tato, que se preocupa muchísimo por mí, que se queda conmigo a pesar de la
lluvia y estar cansado. Hago vida normal durante el día; es más, he retomado mi
rutina deportiva. Pero sigo llorando por las noches. Y por si no era poca la presión
que da la tristeza, ahora una contractura, que me da más miedo que las
hipoglucemias, la verdad. Porque un bajón de azúcar se arregla comiendo, pero
la desorientación que me baja del trapecio superior es insoportable. ¿Qué tal
la Navidad? Mal Oh cuánto tiempo sin verte, ¿por qué no salías? Tal vez porque
mi relación con el mundo es muy complicada. Lo indicado sería romper, ya se
sabe que hay relaciones que no merecen la pena. Pero lo prometí. Solo he de
esperar a que todo se calme y las cosas vayan un poquito mejor.
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