1 ene 2014

Excusas


Terminando una botella de licor dulce, dejándome llevar por instantes inesperados de lágrimas, meciendo a un bebé de un mes… y echando de menos demasiadas cosas.

Una excusa más para llenar mi estómago al límite, para recordar sabores.

Total, son excusas para permitir caprichos, más allá de los regalos o el marisco. Sí, hemos cambiado de año y celebrado que hemos podido hacerlo. Pero recuerdo esa frase “Cada cambio es una muerte” o viceversa. Más que nunca he tenido que tirar de sonrisa de maquillaje, más que nunca he sentido soledad y desorientación. ¿Feliz año? ¿Qué todo siga igual? No quiero que siga igual, no puedo soportar mucho más tiempo en esta situación.

Y ya no estoy empeñada en encontrar príncipe, ni besos, ni compartir cafés. Busco sonrisas. Sin plantearlo, doy gracias, una vez más, a Albert. Me da que necesito una de sus brújulas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario