10 abr 2014

Helados

Soy imbécil por obcecarme tanto con el cuaderno/caja de recuerdos.

¿Hay algo más típico romántico que tomar helado en plena calle? Sí. ¿Hay algo más típico romántico que besarse bajo la lluvia? Sí. ¿Hay algo más típico romántico que curiosear una juguetería entera con la misma ilusión que dos niños pequeños? Sí. ¿Hay algo más romántico que una pareja besándose sobre un coche aparcado frente a la Torre Effeil? Sí. ¿Hay algo más típico romántico que un chico prestando a “su niña” su cazadora? Sí.

Muchos se preguntarán porqué tengo esa seguridad; bien, es porque te conozco a ti. Porque veo que el romanticismo no consiste en combinar tópicos de películas. Porque tú me das puro amor a cada segundo que pasa. Tu voz casi dormida al otro lado del teléfono, tus sonrisas, tu ilusión, esas frases bonitas que te salen sin querer, tu calor, tu cercanía. La pregunta es: ¿Cómo consigues causar un efecto tan loco (no me sale otra palabra) en mí, sin hacer nada? No tengo ni idea; ni yo, ni tu madre, ni tus amigos,…. Ni siquiera tú, ya que eres el primero en no valorarte como deberías. Pero todo cambiará, como tú dices.

Ha sido extraño hoy. No sabía que tuviese tanto miedo a los truenos; pero ahí has estado tú para abrazarme y para ofrecerme tu mano, para darme la seguridad que no tengo. Me ha encantado verte tan ilusionado entre juguetes, mientras hablábamos de “esos pequeños” que conocerás en cuestión de días; te lo pasarás genial con ellos, y ellos contigo. Ya imagino a mi pequeña princesita: “Tu amigo especial también es mi amigo, porque juega conmigo. También con el tato. No te enfades con él, ¿vale?”. Sé que parece muy planificado, pero me apuesto lo que quieras a que será así. Ayer estaba nerviosísima al pensar en esa “presentación”, pero hoy espero ansiosa.


Piezas importantes de mi mundo por fin van encajando al máximo.; y no sólo eso. También pasan a ser parte del tuyo. Ya lo escribí en un título: Ni tu ni mi, sino NUESTRO

No hay comentarios:

Publicar un comentario