23 abr 2014

Reloj de arena tumbado

Hacía demasiado tiempo desde mi última escapada. Hacía demasiado tiempo desde que no debo estar pendiente de la hora. Y hacía mucho tiempo de compartir un probador.

Pero hoy por primera vez he sentido una comodidad plena, sin rastro de nervio, conociendo a parte de tu mundo.

Ha habido besos, por supuesto. Y caricias. Y algún mareo. Y frases de esas que salen sin querer, pero que parecen escogidas.

Mr. Secretos, entre otros, ha hecho que sea un día inolvidable; por cierto, en el coche me he acordado de Zapatito, pues había una pulsera blanca. Y también he visto a RL y Armadura oxidada. Pero me da todo igual. Ya ayer me sorprendió la tranquilidad con al que afrontaba una novedad; hoy no iba a ser menos.

Hacía años, tal vez demasiados, que no recorría ese centro de juguetes; las risas han estado aseguradas.
Pero paso de enumerar. ¿Sabes con qué me quedo? Que me encanta comer a tu lado. Me encanta que estés conmigo en situaciones que no querría experimentar. Me encanta ser una más en tu mundo. Me encanta que mantengas tu mano junto a la mía, porque sí. Me encanta que “llueva”. Y me encanta que estés cerca de mí. 
Porque así me es más fácil respirar, sonreír. Gracias a tu hombro he conseguido dormir un ratito, una vez más. Gracias a tu mirada existe ese brillo en la mía.


Qué raro: hoy llueve. Y mañana seguramente también. ¿Qué mejor plan que estar en casa? Allí tenemos nuestro mundo secreto. Es curioso; todos nos imaginamos un paraíso enorme, en cuanto a extensión, y el mío es bastante reducido. Estaría bien contar con una orden de acercamiento…. No me importaría estar pegada a ti. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario