30 may 2014

Hola chicos. Pasad por aquí

Desde antes de empezar, desde antes de estar decidida a cambiar, me has apoyado moralmente. Pero hoy has estado a mi lado, has escuchado lo mismo que yo y has visto, mejor dicho sentido, cuándo he apretado tu mano, ilusionada por las novedades. Al salir, sentía que mis ojos se iban a desbordar. Y sé que no hay nada seguro, pero cada milímetro que avanzo es una gran victoria.

No miedos. No dependencia. No presiones. No responsabilidades ajenas. Y, probablemente, no más bajadas de peso.

También me has ayudado a semi vaciar mi armario; menos cosas. Sinceramente, mi habitación parece otra, sin abrir el armario. Más orden, menos tonterías por medio. Y me ha hecho muchísima gracia cuando, tomando ese café dulce, hemos estado hablado de nuestros objetivos a largo plazo.


Acompañarte a la parada de autobús, hablar, besarte hasta matar. Comprar unos yogures para cenar, tras mirar mil precios, llegar a casa y escribir aquí, en mi habitación, escuchando nuestra música. Ahora suena lo que te diría cada día; quédate a dormir. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario