Acepté,
hace ya tiempo, que cada minuto contigo sería una nueva experiencia, como los
primeros pasos, las primeras palabras.
Has sido
la primera persona que ha dormido conmigo en el piso, la primera vez que como
sentada en el salón, mi primer sábado sin preocuparme de la hora para llegar a
casa, mi primer atracón a donetes.
Y, ríete,
pero en Espacio dije que pensar en ti es tenerte al lado; ayer, cuando llené la
bañera de agua caliente y espuma de frambuesa, ahí estabas.
Esta,mañana,
mientras me vestía, he visto la marca que dejaste ayer en mi tripa con tu boca:
es extraña, demasiado alargada, puede parecer.
Está claro
que cualquier marca que dejes en mí, será única.
Lo siento,
Amaia Montero; nadie como tú.
No hay comentarios:
Publicar un comentario