10 abr 2015

Las dos maravillas de mi mundo

La primera, desde hace 13 meses y una semana eres tú, mi mitad.
La segunda es ese deporte, ese arte que conocí con sólo cuatro años.

Me vas a perdonar por hoy, pero dedicaré la entrada al ballet.

Hace más de la mitad de mi vida se me negó seguir en ti, ballet.
Pero siempre habían series y películas que me transportaban a un futuro no conseguido que pudo haber sido.
A los 11 años supe que el ballet corría por mis genes, algo lejanos. Empapelaba mi dormitorio con fotos de ellos.
Admiración, envidia sana.

Pero un fin de semana del año pasado, en Barcelona, vi bailar en directo y lloré.
Ahí supe que me dolía el abandono forzado.
Mi regalo de Reyes fue un libro sobre la vida de una bailarina, Michaela Deprince.
Me encantó.

Y un día hablé de mi frustración con Ilusión, que me ayudó a retomar, buscó formas.
La primera clase me superó de emoción y me mareé.
Pero poco a poco, con yoga, con amor, con ilusión, lo estoy consiguiendo.

Me encanta el calor en el cuerpo, llegar a casa con las rodillas temblando y el corazón a mil por hora.

Qué gracia. Contigo me pasa igual. Será amor pues.

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