26 ene 2016

Creencias

Ya no sé ni cuánto te quiero.

No puedo compararte con nada vivido antes, ningún sitio, experiencia de vida.

Ningún dolor tampoco es comparable a la ausencia de tus manos en mi cuerpo, de tus palabras en mi mente, de tu voz en mis oídos, de tu aliento sobre mi espalda.

Ningún paraíso, Roma, playas, es tan especial como vivir en tu cama o en la mía o en el sofá, como una conversación eterna de tus palabras y las mías.

Ningún plato de chef con estrellas Michelín supera el sabor mezclado de dulce y doble dosis de café de nuestros besos.

Ningún concierto de violines o pianos o los grandes como Mozart o Beethoven, alcanza la belleza de nuestras risas, nuestras expresiones ahogadas de placer.

Ninguna fecha puede significar tanto como esos días en los que no hay ganas de vivir y termina siendo de los más grandes, en los que más se demuestra.

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