Tú la conoces, aunque no por este nuevo nombre.
Tú conoces sabores y risas, motivos y preocupaciones, horas de sofá y caminatas.
Conoces su toque ácido que camufla dulzura.
Camufla su madurez e ideas claras con tazas de dibujos y ojos pequeños.
Es rara, como alguien que conoces mucho. Tiene miedo a estar sola, vomo alguien que conoces bien.
Y está madurando; lo curioso es que, en vez de sbandonar dulzura, se desprende de acidez.
Está conociendo ls cara B de las personas, está teniendo nuevas llaves, nuevos sabores.
Esa fruta que gusta a pocos, con precio destacado
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