Soy muy sensible. Sensitiva.
Y lo bonito que es serlo.
Vivo más las cosas, las interacciones.
Incluye el dolor, pero la piel de gallina y el corazón con sonrisa compensa todo lo gris.
No hace falta que nadie me diga, ni haga, nada. Hablo, y mis ojos ya empiezan a llover.
Cómo pretendes que un beso tierno en la nuca no rompa mi embalse de lágrimas?
El título va a raíz de un libro.
Pero lo que cae de mis ojos es mezcla de circunstancias, pasado y sueños.
Tú entre tantas gotas.
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