Escribir sin pensar la relación que tiene con el título es lo mejor.
Es pensamiento puro, letras puras.
Amor puro.
Tan puro como el agotamiento que siento al llegar a casa tras horas de compras.
Tan puro como las ganas que tengo de llegar a casa y no estás sola, físicamente.
Tan puro como tus ojos, inocentes, sin maldad, sin fondo.
Ojos de chocolate que me derriten por dentro, que me llevan a tantos cafés como estrellas, como sueños que un día dejé aparcados.
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