20 mar 2016

Velas por recuerdos o velas para olvidar

Las velas son luz con tiempo contado.

Dan calor, iluminan y, al menos a mí, transmiten paz.
Hay aromáticas, anti mosquitos y mucha gente las utiliza para pedir favores.

Te lo dije ayer.
Esto no es nuevo para mí. Si no, acuérdate de los 6 meses y el camino de velas que te guiaba al salón.

No sé si tiene relación, pero hoy he soñado con un lugar en el que las únicas velas fueron de cumpleaños.
Perdón, miento. Alguna para derretir aceite aromático tuvo que haber, aunque no lo recuerde.

El caso es que todo seguía igual, todo menos las personas. Y, vete tú a saber porqué, no había techos.
Extraño.

Los sueños, sueños son.
Sé que algún bazar está abierto, pero me puede mi lado hippie. Esperaré a mañana para comprar velas de las que quiero allá donde encontré sandalias planas.

Cuento horas, pero mientras, me voy a zambullir una vez más en la Guinea Ecuatorial y un pueblo de Huesca.

Curioso, también me suena una parada corta entre Espinosa de los Monteros y Burgos. Fue el lugar previo.
La pregunta que no me hace falta responder es que hubieron velas antes de mí, aunque fueran para zambullirse en otros libros.

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