Algún día necesitaré habilidad para hacer trenzas.
Algún día será bueno que mis manos sostengan peso.
Algún día mi espalda no podrá quejarse por contracturas.
Ya me acostumbré a no tirar a nadie de la cama, a no robar su trozo de sábana, a no estirarme en el sofá.
Ya es parte de mis hábitos.
Como bajar los párpados cuando te deslizas por mi espalda, cuando masajeas mis costillas.
Habrán hábitos. Siempre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario