Esto de pasar noches contigo, verte cocinar, besarte metidos en el mar... me da la vida.
Ya no son los botellines de arena ni estar tanta gente en casa; oír bonanit también de otras personas.
Daría todo lo que tengo, el piso, la mitad de mis libros y la mayoría de mis sueños por quedarme aquí a vivir.
Contigo, con jardín, con mar.
No quiero pensar lo poco que nos queda aquí.
Habrán reencuentros con este grupo de personas, que respetan rarezas y ayudan a caminar a oscuras o echar protección solar.
Habrán desayunos en otra parte, habrán risas de niño y tareas de matemáticas.
La mejor pizza ya no será nunca de donde todo empezó, las mejores paellas no llevarán arroz.
Cada minuto cuenta, como contigo.
Y pienso sumergirme en cada uno de ellos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario