14 oct 2016

Silencio

Querer tiene mil maneras de conjugarse; principalmente, bien o ahogando.
La tranquilidad puede existir con el susurro de un río y algún pajarillo amaneciendo ó en el mas completo silencio.
Y el silencio puede ser una auténtica pesadilla o la mejor medicina.

Es gracioso, era el título de mi canción anímica en el 2007. "Eterno y duro".
También fue la diferencia de nuestro regreso de Barcelona, hace 2 años.
He dicho demasiadas veces que me encanta el ruido de tu casa; las peleas por el mando de la tele, los platos que van y vienen, la mesa del salón ensanchándose.

Pienso que la paz necesita ruido. Siempre lo he pensado.

Los hospitales me parecen igual de terroríficos que los tanatorios; a veces hasta entran y salen más personas e intercambian más palabras en estos últimos.
Parafraseando a una cómica de la tele, en las casas se necesitan apagones para saber que existe una familia. Y cada vez es más cierto.

Qué pena. Los hermanos ya no juegan al escondite a no ser que estén en un pueblo sin WiFi, ni las familias se juntan para jugar al Uno, ni cuentan historias de fantasía antes de dormir.

Tal vez desde demasiado pequeña, he planificado muchas cosas para mi futuro; frases que nunca se dirían, lugares que significarían, postres, canciones para dormir.
Pero se me olvidó que habrían mil más, y que conocemos otras formas diferentes.

Como un te quiero que no tiene pronombre ni verbo en esa persona, sino un "Descansa" o "Eso es lo importante".
Que mucho, poco o suficiente no sirve para medirlo todo.

Que hay botellas de arena que no importa de donde vengan o su color.

Pienso que avanzar no se elige. La vida misma te marca los tiempos y te presenta los caminos.

Para terminar, otra canción que ya conseguí.

Quiero escuchar hoy tu voz, pendiente de tus palabras. Quiero UN CAMINO ENTRE LOS DOS, siempre atento a tu mirada.

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